La historia de Huele a Peligro en palabras de Myriam Hernández

Si ya pensábamos que teníamos demasiado con el 2020, llega la noticia del fallecimiento producto del covid-19 de Armando Manzanero, compositor de algunos de los mayores éxitos de la música en español de la historia, interpretados, principalmente, por voces tan diversas como Luis Miguel, José José, Luis Fonsi, Andrea Bocelli, Laura Pausini, Ana Gabriel o Lucho Gatica, por mencionar algunos. Sin embargo, también podemos hallar la voz de una chilena entre sus composiciones, Myriam Hernández, quien en 1998 publicó de manera inédita la canción Huele a peligro, y que al primer momento que sonó en las radioemisoras de latinoamérica, se convirtió en un éxito seguro con la firma de Manzanero.

Esta es la historia del junte entre ambos artistas, de la canción, de su impacto y lo que significó más allá de la pieza musical, como parte de un proceso de la industria de la música, comandada desde Miami, Estados Unidos, y que buscaba reafirmar la balada como pieza omnipresente de la cultura latina.

Antes de comenzar, es importante destacar que parte de esta investigación, con las  entrevistas plasmadas en este artículo, provienen de una investigación inédita que se realizó en 2018, y que forma parte del proyecto de título Cuando el juego se hizo verdadero, de los periodistas Rodrigo Tapia y Carlos Tuñón, que reúne la historia e impacto cultural de cinco canciones chilenas fundamentales para comprender la década de los 90 de Chile.

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HUELE A PELIGRO

“Espectacular” fue la primera palabra que dijo Myriam Hernández al recordar la escena cuando Armando Manzanero puso sus manos en el piano y con su característica voz le mostró por primera vez la canción Huele a Peligro, composición que traería de vuelta a la artista a los escenarios y a las más altas posiciones en los rankings de música popular de gran parte de latinoamérica, incluso Estados Unidos.

La primera vez que Hernández compartió con Manzanero fue en 1982, cuando ella tenía 17 años. En ese periodo, la cantante gozaba de cierta popularidad en su país, tras su participación en el Clan Infantil de Sábado Gigante.

Esta oportunidad de aparecer en televisión le permitió compartir escenario con el mexicano, quien solicitó para uno de sus conciertos realizados en el Casino de Viña del Mar a una mujer que lo acompañase para interpretar “Me gustas“, canción que compuso para Angélica María y que grabó a dueto con ella en 1968.

Myriam Hernández recuerda que Manzanero, después de escucharla, le “auguró mucho éxito” y le comentó que “le encantaría componerle canciones”.

Sin embargo, desde esas frases al aire a concretar un proyecto en conjunto, pasaron 16 años, cuando ella ya tenía 29 y una carrera plasmada de grandes éxitos en Chile y el extranjero, donde “El hombre que yo amo”, “Te pareces tanto a él” y “Se me fue”, entre otras, habían quedado inmortalizadas en el historial de baladas que se construía durante aquella época.

EL SONIDO GATICA

Luego de su paso por los sellos discográficos EMI y Warner, en 1997 Myriam Hernández había sido tentada para firmar con Sony Music, quienes para convencerla la nombraron “Artista prioritaria en todo el continente”, junto a un contrato por cuatro álbumes de estudio. 

Esta medida implicó que el sello debía llevar adelante toda una producción internacional, facilitando y promocionando a la cantante en Miami y en el resto del continente, cuyo hito, hasta ese momento, no había sido ofrecido para ningún artista chileno.

De esa manera, la disquera reforzaría la carrera de Hernández para consolidarse como “La baladista de América”, apodo que algunos medios de la época ya se lo decían.

Para ello, Sony Music puso al mando de la producción a Humberto Gatica, quien anteriormente trabajó en importantes producciones de Michael Jackson, Celine Dion, Tina Turner y Cher.

Si bien Gatica produjo anteriormente el segundo álbum de Myriam Hernández, Dos (EMI Latin, 1990), es en este momento cuando toma una relevancia especial al ser la persona que se contactó con Manzanero para que compusiera Huele a peligro.

Sería una forma efectiva de entrar al mercado mexicano”, recuerda la cantante.

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en estados unidos

Fue así que en medio del nacimiento de su segunda hija, Hernández viajó hasta Los Ángeles, California, para reunirse con su productor y de paso visitar la residencia que tenía Manzanero en la ciudad, con el propósito de conocer la canción que él le tenía preparada. De ese momento, la cantante comenta: 

“Me gustó enseguida, a pesar que no hablamos previamente para que me hiciera una canción a la medida. Yo tenía un poco de temor cuando me la mostró, porque estos autores, cuando ya tienen muchos años de éxito, son un poquito mañosos”.

Humberto Gatica es, en parte, el responsable de la versión final que se conoce deHuele a peligro“, al menos en el ámbito de la instrumentación y el sonido.

Como solía pasar con las grandes producciones discográficas grabadas en Estados Unidos, músicos con destacada trayectoria sesionaron para diversos artistas que asistían a los estudios de grabación de las discográficas.

De esa manera, en la canción participó el guitarrista Michael Thompson, que además sesionó en temas de Michael Jackson y Cher; y el baterista John Robinson, que también hizo lo suyo en Stupid Love de Lady Gaga y Love Yourself to Dance de Daft Punk junto a Pharrell.

Asimismo, el bajista Neil Stubenhaus, colaborador de artistas tan diversos como Elton John y Ricky Martin; y Lester Méndez, en cuya larga lista de contribuciones aparecen obras de Shakira, Sia y Angelique Kidjo.

El proceso de producción tomó alrededor de tres meses con Hernández colaborando en todo momento.

Armando Manzanero, por su parte, se restó del trabajo y solo escuchó la versión final, donde la chilena recuerda que “quedó muy contento y manifestó en muchas oportunidades que estaba muy feliz con lo que había hecho con su canción”.

EL ÉXITO

En 1998, una vez publicada “Huele a peligro“, bastó solo tres semanas para que alcanzara el número 1 en la categoría Latin Pop Songs del Billboard de Estados Unidos, quitándole el trono a voces que contaban en ese entonces con mayor alcance popular como Ricky Martin, Andrea Bocelli, Alejandro Sanz y Elvis Crespo.

Así, Todo el amor (Sony Music, 1998), el álbum que incluye como carta inaugural a la canción, obtuvo de inmediato el Disco de Oro en EE.UU., tras superar las 50 mil copias vendidas.

Pero más allá de alcanzar el número 1 en el listado de música popular más importante de habla hispana, la canción también venía a representar una ruptura en los tópicos que la cantante acostumbraba a interpretar durante su carrera, tal como ella misma lo indica: 

“Me parecía interesante, ya a esa altura, comenzar a cantarle a cosas que normalmente no le cantaba. Yo quería ser contraria a las canciones que en mis inicios sonaban. Todo era como Rocío Jurado ‘es un gran necio, un estúpido engreído…’, siempre le cantaban al hombre pero en forma despechada, y yo salía con “El hombre que yo amo” y “Ay amor”. Me parecía que siendo mamá también podía cantarle a otra cosa, que era esa como infidelidad que se puede sentir cuando te encuentras con un ex”. 

Su aclaración sepulta los mitos que perseguían a la canción por parte de algunos medios de comunicación en la época en que fue publicada.

Huele a peligro” no se refería al deseo en medio de una relación extra-matrimonial, que podía coincidir con la relación que mantenía con su esposo, lo que causaba mayor morbo, sino que al encuentro con una ex pareja.

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La Miamización

Sin duda alguna, el principal reflejo del fenómeno musical que significó Myriam Hernández en Latinoamérica se relaciona con lo que el musicólogo Daniel Party define en su ensayo The Miamization of Latin-American Pop Music”, en referencia al cambio que se pudo divisar en su música desde que comenzó a trabajar al alero de Sony Music, cuya filial para el mercado latino se encontraba en la ciudad de Miami:

“La centralización de la industria musical latinoamericana en Miami afectó a todos los aspectos del negocio, desde el sonido hasta la distribución y la recepción. Esta industria con sede en dicha ciudad no solo ha simplificado el marketing y la distribución, sino que también ha desempeñado un papel crucial en la configuración del sonido y la imagen del pop latinoamericano”

Para situar en contexto, desde inicios de los años 80, las grandes discográficas decidieron establecer en Miami su centro de operaciones para América Latina, tanto a través de sus oficinas corporativas, como sus estudios de grabación.

Entre las razones para adoptar esta medida se encuentra, aparte de la notoria presencia latina existente en la ciudad, la seguridad económica que les proporciona seguir trabajando desde Estados Unidos, en contraste a los incipientes desequilibrios económicos del resto de América.

Al mismo tiempo, la señal latina de MTV también se estableció en aquella ciudad.

De esa manera, se comenzó a tornar habitual que los artistas prioritarios de los sellos discográficos fueran constantemente a la capital del estado de Florida, lo que sucedió con Emmanuel, Julio Iglesias o Soda Stereo, y algunos chilenos, como Los Tres, La Ley, Jorge González y la misma Myriam Hernández.

Sin embargo, cuando los artistas pretendían dar el gran paso de popularidad hacia toda Latinoamérica, era común que tomaran la decisión de establecerse definitivamente en Miami, tal como ocurrió con la intérprete.

El optar a trabajar junto al cotizado compositor Armando Manzanero, trajo consigo otra de las características que Party describe como esenciales en la Miamización

“A nivel musical, la omnipresencia de la balada puede ser considerada como resultante de un proceso de homogeneización estilística: “todas las baladas suenan igual” (…) el interés de las multinacionales de producir canciones que se conviertan en éxitos en múltiples países comienza desde la composición de la canción. Los autores de baladas evitan modismos locales, que alienicen al público de países extranjeros”

es myriam

El lanzamiento del single “Huele a peligro” se realizó en México, donde Hernández realizó una presentación a la que acudió el mismísimo Manzanero como invitado, como una manera de garantizar la calidad de la intérprete.

Por su parte, en Chile se llevó a cabo una recepción en el centro de eventos del Castillo Hidalgo del Cerro Santa Lucía, y contó con la presencia de la prensa chilena y extranjera.

Según palabras de Hernández, en esta oportunidad quiso evidenciar el cambio al que se refería en términos de cantar sobre otras temáticas, por lo que plasmó exactamente la imagen que el director del videoclip de la canción, Germán Bobe, le había sugerido.

Así, la intérprete apareció en escena con un vestido blanco, el pelo suelto y en una de sus manos el micrófono para cantar.

“Para mí, Myriam Hernández era una ídola, me encantaba. Trabajar con ella era como trabajar con Madonna”, confiesa Bobe.

De esa manera, comenzó el espectáculo y es ahí que Hernández recrea una de las últimas escenas del videoclip donde aparece mojada mientras interpreta el coro de la canción, dejando a toda la prensa boquiabierta por el cambio producido.

“En Chile causó furor”, recuerda la baladista.

En el detalle de Todo el amor, además de incluir las letras de las canciones que componen el trabajo discográfico y un póster donde aparece la cantante, hay un breve testimonio de Armando Manzanero que da cuenta de la visión en términos de proyección que le auguraba a Myriam, y que por cierto siempre mantuvo desde cuando vio su técnica vocal e interpretación por primera vez en 1982:

“Tengo el placer de conocer a Myriam y estoy orgulloso de que haya grabado un tema mío. Con la calidad que ella tiene, estoy seguro que este va a ser un tema verdaderamente importante”.

Y así fue.

Humberto Gatica Myriam Hernandez El Blog de Música Rodrigo Tapia Todo el amor Huele a peligro

* Publicado por Rodrigo Tapia y Carlos Tuñón *