Dime si son latinos: Los éxitos del merengue house

Proyecto Uno, Fulanito, Ilegales y Sandy & Papo son solo algunos de los artistas que gozaron de éxito desde mediados de la década de los 90, en un estilo novedoso para aquel entonces y que, mientras la gente lo disfrutaba, la crítica no sabía cómo clasificar.

Tengo un jardín de rosas, hermosas

El merengue house nació como tal a mediados de la década de los 90, pero fue en 1984 cuando se pudo oír un primer adelanto de su sonido, gracias a la canción El Jardinero, del artista dominicano Wilfredo Vargas, ya que hizo uso de sintetizadores en vez de instrumentos tradicionales del merengue, además de incorporar rap, lo que la posicionó como la primera en su género.

Para poner en contexto el sonido de El Jardinero, hay que recordar cómo era la escena musical global a mediados de la década de los 80.

La música latina –en esencia, caribeña– a través de la salsa, estaba viviendo los últimos destellos de lo que fue su apogeo, que comenzó a mediados de los 70 luego de una fuerte migración latinoamericana afincada en Nueva York. Así, y con el pasar de los años, el sonido tuvo un agotamiento en la audiencia con más de una década de éxito.

La música disco vivió algo similar en aquellos años, acaparando toda la atención mediática y las listas de éxitos a fines de los 70, hasta que en los 80 esa popularidad la obtuvo el New Wave, cuya gran característica fue privilegiar un sonido proveniente de sintetizadores y cajas de ritmos en desmedro de uno más “orgánico”.

Al mismo tiempo que el new wave se convertía en la música pop por excelencia de occidente, empezaron a surgir en los suburbios de las grandes ciudades de Estados Unidos otros géneros como el house y el rap, que con el paso de los años terminaron tomando un lugar importante en el mainstream.

Ya sea con cierta intención de evolucionar en su sonido, o solo por casualidad, Wilfredo Vargas otorgó una primera pincelada a menos de 10 años de lo que sería el sonido de la música pop latina, cuando en los suburbios de Nueva York comience a emerger el Merengue House.

La gran manzana

Nueva York, una de las urbes más grandes del mundo, es también una de las ciudades más cosmopolitas que existen. Año a año, miles de personas migran hacia sus territorios en busca de una mejor calidad de vida.

Así, con el tiempo, en el lugar se han ido estableciendo comunidades de extranjeros residentes, lo que ha llevado a crear un sincretismo cultural entre sus culturas de origen y los elementos propios de una metrópolis con estas características.

El proyecto número uno

Hasta “la ciudad que nunca duerme” llegó, junto a su familia, y siendo un niño aún, Nelson Zapata, quien años más tarde se convertiría en el vocalista y uno de los productores de Proyecto Uno, principal emblema de lo que conocemos como Merengue House.

En 1989, Zapata decidió optar por el nombre Proyecto Uno al ser su primer proyecto musical serio como solista, luego de sus pasos en el merengue tradicional realizando covers, interpretando algunas composiciones personales y creando versiones de canciones de otros artistas adaptadas a este género.

Curiosamente, el acercamiento al house del artista se dio a través de Pavel de Jesús, quien trabajaba en un estudio de grabación cerca de Times Square y que luego formó parte del proyecto número uno.

De Jesús era fanático de artistas emblemas del house, como Frankie Knuckles y David Morales. Además, contaba con una macintosh en la que hacía producciones de House.

Fue en ese contexto donde Nelson Zapata le pidió hacer lo mismo que hacía con las producciones de house –secuenciar las canciones– pero con piezas de merengue.

La magia ya estaba hecha.

TODO EL MUNDO (EVERYBODY)

1990. El house, luego de varios años relegado del mainstream, es el estilo de música de baile del momento. Canciones como Pump Up The Jam de Technotronic y Everybody Everybody de Black Box suenan, prácticamente, en todas las discotecas de occidente.

En ese contexto fue que Proyecto Uno decidió traducir al español Everybody Everybody integrando algunos elementos clásicos del merengue, como las percusiones.

Con el paso del tiempo, Todo el Mundo (Everybody) se convirtió en el primer éxito de la banda y abrió las puertas de una carrera que contó con popularidad durante gran parte de la década, gracias a esta y otras canciones como Pumpin, Está Pegao, Latinos, Otra Noche (Another Night) y su mayor hit: Tiburón, cuyos instrumentos de bronce del inicio son un sample del éxito disco Got To Be Real de Cheryl Lynn.

No es exagerado situar a Proyecto Uno como la piedra angular del sonido del Merengue House.

Por un lado, está la utilización de instrumentos tradicionales en el merengue, como la tambora, las congas y los bronces, pero por otro, el uso de cajas de ritmos –especialmente la TR 909 de Roland–, ejecutando el clásico ritmo de la música disco (conocido como four on the floor), lo que le entrega el matiz House, junto al uso de secuencias, samplers y sintetizadores.

De esta manera, otros artistas dominicanos comenzaron a obtener éxito durante la década de los 90, ampliando más los poco determinados márgenes del género. 

La hora de bailar

En 1994, a un año de haber lanzado su segundo álbum titulado In da House (Jan Muisc, 1993), que incluyó los singles Está pegao y El tiburón, y convertidos en un grupo de gran popularidad, Proyecto Uno perdió a dos de sus integrantes, por lo que Nelson Zapata decidió realizar un casting para encontrar a sus reemplazantes.

Los seleccionados fueron nada más y nada menos que Sandy Carriello, Sandy MC, y Luis Deschamps, Papo MC, quienes finalmente terminarían formando un nuevo conjunto producido por el mismo Zapata: Sandy & Papo.

Durante sus 5 años de actividad lanzaron 3 álbumes y cosecharon grandes éxitos como Mueve Mueve (I like to move it), El alacrán, La hora de bailar y Bueno pa gozar.

El éxito fue tal, que en 1999 Sandy & Papo se presentó en la noche de cierre del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, llevándose los cuatro galardones que entregaban en ese momento: Gaviotas y Antorchas de plata y oro.

Casi cuatro meses más tarde, Papo tuvo un accidente automovilístico mortal, dando el cierre definitivo al dúo. Sandy, por su parte, lanzó su carrera como solista, y en 2020 falleció producto de un infarto.

Nelson Zapata les dedicó unas sentidas palabras y recordó que “querías ser parte de Proyecto Uno en esa histórica audición y te dijimos que junto a Papo era mejor hacerles su grupo aparte. El resto fue historia!”.

Guallando

Liderados por el rapero Rafael Vargas y Winston Rosa, Fulanito fueron otros de los grupos que emergieron a mediados de la década de los 90.

A diferencia del resto de las agrupaciones de merengue house, Fulanito incorporó dos elementos claves que eran insigne del merengue tradicional.

Por un lado, la utilización de ternos y trajes que usaban durante sus presentaciones; y, por otro, el uso del acordeón producto de las influencias de Winston Rosa, al ser el hijo del afamado acordeonista Arsenio de la Rosa, que junto a elementos del house, dance y hip-hop propios del género, les entregó un sonido completamente distintivo y reconocible.

Como un trueno

Si por una parte Proyecto Uno y Sandy & Papo representaban el sonido más característico del Merengue House, y por otra, Fulanito el giro hacia las raíces dominicanas del género, Los Ilegales se consagraron como la agrupación más diversa musicalmente.

Durante su carrera musical que sigue vigente hasta hoy, han demostrado que su material no solo se enmarca en el Merengue House, sino también en el merengue tradicional, el pop e incluso la balada, privilegiando un sonido más orgánico, siempre acompañado por coros pegadizos y secciones de rap dentro de sus canciones.

El Taqui Taqui –no confundir con el éxito de DJ Snake junto a Selena Gómez, Ozuna y Cardi B–, La Morena, Chunaná, Fiesta Caliente y Como un trueno, entre otras piezas, se convirtieron en grandes éxitos bailables que hasta el día de hoy continúan sonando en fiestas.

Los Ilegales fueron la primera agrupación de merengue house de República Dominicana que ingresó formalmente al “movimiento tropical” de las discográficas multinacionales, tras firmar con BMG para la grabación de cuatro álbumes.

Este movimiento organizado principalmente por los sellos discográficos, tomó fuerzas a finales de la década de los 90, cuando ya la fiebre del merengue en todas sus esferas marcaba su apogeo, destacando a solistas como Olga Tañón, Milly Quezada y Elvis Crespo, y claramente a la boy band Ilegales.

Legado

A fines de la década de 1990 el Merengue House ya llevaba varios años como el estilo de música latina por excelencia, tanto así que comenzaron a aparecer agrupaciones en otros países de la región, como por ejemplo, El Símbolo, oriundos de Argentina, o Azul Azul, de Bolivia.

Ya a mediados de los años 2000, su éxito comenzó a decaer, principalmente por el ascenso de otros géneros latinos a las cimas de popularidad como el axé, en el caso de Chile, y posteriormente el reggaetón, además de un renovado interés en estilos como la bachata.

Sin embargo, aún hay rastros del Merengue House en dichos géneros.

https://www.youtube.com/watch?v=4Qy0vs80T5M

Una característica del reggaetón es la utilización de palabras en inglés entremedio de versos cantados en español –lo que se conoce como “spanglish”–, forma de cantar popularizada por los artistas de Merengue House.

Al género también se le puede considerar como el principal y directo antecedente de lo que se conoce como Electro Latino, estilo que desde el 2010 se ha colado en las listas de éxitos, y que el español Juan Magán se ha autodenominado como el padre de dicho formato.

Incluso géneros de éxito más reciente, como la Guaracha o el Merengue Urbano comparten ciertas características instrumentales con el Merengue House, sobre todo en la mezcla de instrumentación tradicional con sonidos digitales.

Te compartimos una playlist con los mejores éxitos del Merengue House.